La muerte de Anny. Prepararse para una partida

La muerte de una mascota.

No nos preparan para las partidas. Y no, no es nada fácil. Esta sociedad occidental del poseer no deja espacio libre para ello. Parece que todo tiene que ser juventud y bienestar, salud, la vida como un Spa eterno. Así nos lo van enseñando y así lo admitimos embriagados por esa irrealidad cegadora. No queda hueco para la muerte de una mascota.

Con un panorama tan contrario a la muerte prepararse para lo inevitable es difícil y muchas veces un camino demasiado doloroso.
Aceptar, ese reto escarpado y árido. Aceptar que porque se nace se muere y viceversa. Que es un proceso necesario y naturalmente establecido. Y que no hay vuelta por mucho que uno quiera lo contrario.
Aceptar también el dolor, el hueco que dejan en nuestras vidas y que a veces resulta difícil de suplir. Y aceptar que esto es así.
Aceptar que cuando la pena se siente profunda hay que pasar un luto y que éste también forma parte del proceso del morir-vivir-morir-vivir…

La muerte de Anny ha sido especialmente dolorosa y muy vivida. No es la primera que acontece ni va a ser la última, pero lleva connotaciones que nos hacen tambalear. A todos les lloramos. Pero ella fue la primera en nacer con nosotros, hija de nuestra primera camada, la A (de ahí su nombre) y ha estado aquí 13 años y pico. Murió por las complicaciones normales de la vejez así es que a través de ella hemos podido vivir su vida en todo su proceso.


Nacer, vivir, morir.

Nuestro apego y nuestra dependencia por ellos son grandes. Les ayudamos a nacer, les alimentamos, les cuidamos, los llevamos al veterinario, atendemos sus achaques, dependen enteramente de nosotros y a cambio nos dan un afecto incondicional, poderoso y muy hermoso, el amor de un perro. Solo el que lo ha vivido es capaz de entenderlo, añorarlo y llorar la muerte de una mascota.


Para Anny y para todos esos pequeños seres que marcharon después de reconfortar y alegrar nuestra vida van estas palabras.

 

En Facebook e Instagram  podéis encontrar muchas otras instantáneas de lo que fue su vida compartida con nosotros

Gracias por llegar hasta aquí,

Fermín y Salva

4 comentarios
  1. Cristina
    Cristina Dice:

    Hola a todos!

    Me he encontrado con este blog con la esperanza de poder leer alguna herramienta para poder sobrellevarlo pero supongo que todo queda en asumir y aceptar lo inevitable. Tengo un weimaraner, se llama Braco, cumple ya 8 años y es un perro fuerte y sano pero en enero el cancer de hueso llamó a la puerta, tuvimos que amputar una pata y hacer quimio, él sigue adelante como un toro pero ya con una cuentas atrás ya que este tipo de cancer va directo al pulmón. Lo disfruto y le doy todo el amor porque ahora cada día es un regalo pero saber que le queda menos es muy sufrido ya que estoy llorando su muerte sin aún haber llegado…me calma el poder haberle dado una segunda vida y alargar su existencia con nosotros…Tengo una cuenta en Tiktok donde cuelgo videos de él para animar a todos aquellos que pasen por la misma situación…es todo un ejemplo de superación (:

    Un abrazo

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    • Fermin y Salva
      Fermin y Salva Dice:

      No es nada fácil y no creo que existan recetas para superar una partida. Ojalá!
      No hay remedio que pasar por ello, e inevitablemente tarde o temprano llega.
      Todo nuestro ánimo y todo nuestro deseo de fortaleza para poder sobrellevarlo lo mejor posible.
      Un abrazo

      Responder
  2. Alber
    Alber Dice:

    Hola a todos.
    El pasado 23 de diciembre después de cumplir los dos años se nos fue Yaco, nuestro weimaraner. Al dolor lógico por su imprevista partida se unió la tristeza por su temprana perdida y las circunstancia que la acompañaron. Parece que cuando nuestros queridos compañeros cumplen su ciclo vital nuestro dolor se alivia en la comprensión del vivir/morir como parte de nuestra naturaleza y la suya.
    En nuestro caso, cuando tanto disfrutábamos de su compañía y cariño, de su fortaleza y actividad, su perdida parece que multiplicó por mil nuestro dolor. En la familia hablábamos de que Yaco estaría a nuestro lado cuando la vida nos diera la placidez de nuestra jubilación o la del nacimiento de nuestros nietos. Solo quien ha pasado por esto sabe lo que supone la perdida de nuestro compañero perruno. Queremos recordar a Yaco a nuestro lado y en la fortuna de haberlo tenido en la familia. Ayudó a hacernos mejores personas, más comprensivas, tolerantes y empáticas. Dicen que nuestros perros son sustituibles, yo no lo creo.
    Un saludo

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    • Fermin
      Fermin Dice:

      Lo único que puedo decirte es que te entiendo perfectamente y que lo lamento mucho. Se el hueco que dejan, lo que pica por dentro y lo que cuesta de superar.

      Y desearte ánimo, mucho ánimo!

      Un abrazo

      Responder

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