Latest News
Kitchen Chat and more…
Kitchen Chat and more…
Cachorros. Si tuviéramos que poner una palabra para identificar nuestra actitud en esto del mundo perruno y nuestra pasión por el mundo de la crianza diría eso: cachorros.
Ellos nos hacen felices, primero a nosotros y luego a sus futuras familias. No tenemos más que ver la cara que se les pone cuando toman el cachorro en brazos para entender por qué hacemos este trabajo. Nos entusiasma esa parte afectiva tan chula de nuestra relación con los perros.
Nada más emocionante que asistir al parto, tomar un cachorro con las manos, ayudar a romper la placenta que lo envuelve, reanimar, cortar y atar cordones umbilicales, limpiarlo, revisarlo, pesarlo, ayudarle a encontrar la teta y ver como empieza a mamar, como toma fuerzas, como se enfrenta a la Vida y lucha por ella. Esto nos da fuerzas, nos anima, nos empuja a seguir. Es el sentido. Como si se abriera una ventana y entrara aire fresco. Sabes que después vendrá todo una historia, que esto solo es el principio.
Quién nos iba a decir a nosotros que acabaríamos sintiendo esta pasión por el mundo de la crianza. Desde el minuto cero. Una de tantas imprevisiones que nos regala la vida. Pero mira, nos gusta contribuir en su llegada al mundo y saber a priori que vamos a hacer lo mejor por ellos.
Luego van creciendo, tan rápido! Etapas iniciales de su vida, una detrás de otra, cada una con sus peculiaridades. Al principio eso, agarrarse a la vida hasta afianzarse. Luego “Ya abren los ojos!” Y se te ilumina la sonrisa. Destete y más crecimiento. Peluches, juguetes. Y salida al Puppies Park con una nueva etapa. Y allí más juguetes y de todo. Y así así van marchando con sus familias aunque de vez en cuando alguno se quedan con nosotros renovando el equipo, nuevos fichajes. Pero esto ya es otra nueva etapa.
Cachorros. Un punto de partida. Una atracción que va tomando también otros caminos: temas relacionados con la educación, el mundo veterinario, exposiciones caninas, complementos o sencillas relaciones humano/perro… hay tantas posibilidades!
A nosotros nos gusta la crianza, es lo que hay. Por encima de todo. Ver cómo evoluciona la vida y, en algunos casos, asistir a su partida. Todo un proceso de Vida. Cachorros, para cogerlos en brazos y achucharlos y ayudarles y verlos crecer y alentarlos a la vida. Y está es nuestra experiencia y lo que más nos emociona.
En Facebook e Instagram podéis encontrar muchas otras instantáneas de los primeros días de vida de los cachorros con nosotros.
Gracias por llegar hasta aquí,
Fermín y Salva
No nos preparan para las partidas. Y no, no es nada fácil. Esta sociedad occidental del poseer no deja espacio libre para ello. Parece que todo tiene que ser juventud y bienestar, salud, la vida como un Spa eterno. Así nos lo van enseñando y así lo admitimos embriagados por esa irrealidad cegadora. No queda hueco para la muerte de una mascota.
Con un panorama tan contrario a la muerte prepararse para lo inevitable es difícil y muchas veces un camino demasiado doloroso.
Aceptar, ese reto escarpado y árido. Aceptar que porque se nace se muere y viceversa. Que es un proceso necesario y naturalmente establecido. Y que no hay vuelta por mucho que uno quiera lo contrario.
Aceptar también el dolor, el hueco que dejan en nuestras vidas y que a veces resulta difícil de suplir. Y aceptar que esto es así.
Aceptar que cuando la pena se siente profunda hay que pasar un luto y que éste también forma parte del proceso del morir-vivir-morir-vivir…
La muerte de Anny ha sido especialmente dolorosa y muy vivida. No es la primera que acontece ni va a ser la última, pero lleva connotaciones que nos hacen tambalear. A todos les lloramos. Pero ella fue la primera en nacer con nosotros, hija de nuestra primera camada, la A (de ahí su nombre) y ha estado aquí 13 años y pico. Murió por las complicaciones normales de la vejez así es que a través de ella hemos podido vivir su vida en todo su proceso.
Nuestro apego y nuestra dependencia por ellos son grandes. Les ayudamos a nacer, les alimentamos, les cuidamos, los llevamos al veterinario, atendemos sus achaques, dependen enteramente de nosotros y a cambio nos dan un afecto incondicional, poderoso y muy hermoso, el amor de un perro. Solo el que lo ha vivido es capaz de entenderlo, añorarlo y llorar la muerte de una mascota.
Para Anny y para todos esos pequeños seres que marcharon después de reconfortar y alegrar nuestra vida van estas palabras.
En Facebook e Instagram podéis encontrar muchas otras instantáneas de lo que fue su vida compartida con nosotros
Gracias por llegar hasta aquí,
Fermín y Salva
¿Puede un Weimaraner vivir en un piso?
Esta es una duda bastante recurrente. Trataremos aquí de daros nuestra visión, nuestra opinión.
Los Bracos de Weimar son perros de campo, de caza en origen, activos e intensos. Y este hecho es el que hace que nos replanteemos la cuestión y así nos la planteáis. Es una pregunta que como criadores nos gusta recibir porque denota responsabilidad.
Está claro que un piso y menos aún una ciudad no es su medio natural y que incluso muchas veces llegamos a plantearnos si lo es o no también para nosotros.
No siempre las condiciones son las ideales, ni la vida la que más nos gustaría. Y tampoco es todo o blanco o negro. Hay que saber apreciar la riqueza de los grises.
Nosotros mismos como raza hemos ido despegándonos poco a poco del campo y el mundo rural para meternos cada vez más en la ciudad. Y ellos han venido con nosotros, claro.
Afortunadamente se puede apreciar últimamente un movimiento en sentido contrario un regreso hacia algo que posiblemente se perdió en el camino de la evolución. Ese contacto con la tierra. Muchos no lo han olvidado y disfrutan saliendo al campo y al monte, a la naturaleza, buscando una compensación a tanto asfalto.
Pues bien, con los Weimaraner ocurre lo mismo.
¿Puede un Weimaraner vivir en la ciudad, en un piso? Puede.
¿Cómo? Pues compensándole con las suficientes salidas a la calle, al parque, al campo y al monte aunque esto último pueda tan solo ser en fin de semana.
Obviamente un Weimaraner no es un perrito de ciudad (si es que es los hay así). Ellos se adaptan, también nosotros. No hay que olvidar que lo que nuestros peques quieren es estar con nosotros, nuestra cercanía. Importante no olvidarlo.
Sal, sal lo más que puedas con él, interactúa, déjale correr y olfatear, relacionarse, déjale que sea perro lo más posible y que se explaye. Que luego, cuando tenga que regresar a casa se sienta satisfecho y feliz. A nada que le prestes atención notarás las señales. Son transparentes.
Un Weimaraner puede vivir en un piso, siempre y cuando seas consciente de ello y le ofrezcas como contrapartida el aire libre que la raza necesita.
Déjanos tus comentarios y síguenos en Facebook e Instagram, ¡te leemos!
Mas de 15 años como criadores de Braco de Weimar o Weimaraner en Valencia (España). La pasión por la raza nos empuja a estar siempre al día. Nuestro compromiso abarca desde el asesoramiento previo a la adquisición y compra del cachorro hasta su crianza y educación.
Alborache, VALENCIA (SPAIN)
Fermín Verdeguer | Salvador J. Segura
Teléfono: +34 649 830 556
Correo: dealmasae@gmail.com